Qué tan dificil es pasar de la escalada indoor a la roca?

Los gimnasios de escalada están creciendo y dominando el sector de los centros deportivos actualmente en Italia, dando la oportunidad de que este deporte sea disponible e inmediato para todos; muchas veces subestimamos la transición de esta actividad indoor a la práctica en roca, lo cual expone a las personas que quieren intentarlo a riesgos cada vez más altos. Por esto hoy queremos mostrarte las diferencias qué hay en la práctica de escalada outdoor y cuáles serían nuestros consejos para practicarla en el modo más seguro posible.

 

 

Algo que hace que los rocódromos sean tan apreciados es la posibilidad que te dan de practicar un deporte “extremo” de la manera más segura posible: si contamos con un instructor a nuestro lado que nos muestre los nudos y las maniobras, entonces podemos concentrarnos sólo en el gesto de la escalada y en la diversión que conlleva.

 

 

Los materiales son revisados constantemente, no estamos expuestos a rayos o temporales, y por cuanto, hayan siempre probabilidades de que sucedan accidentes, el riesgo de que nos lastimemos es realmente mínimo.

 

 

En cambio cuando escalamos en roca nos encontramos con dos probables tipos de riesgos que son típicos de las actividades en la montaña: objetivos y subjetivos. Los riesgos objetivos son aquellos relacionados al ambiente y a la roca, esto quiere decir que están fuera de nuestro control: en el caso de la escalada deportiva se refiere principalmente a la probabilidad de que caigan rocas, que se rompa un agarre mientras lo estamos jalando o que el material de la vía que estamos escalando no esté en buen estado. En este grupo de riesgos subentran también las condiciones metereológicas, aunque si vamos a realizar vías de un solo largo, no nos representarían un serio problema.

 

 

Conocer bien la zona donde se va a escalar puede llegar a ser un factor de vital importancia para ser concientes de la fragilidad o cuan compacta sea la roca, del tipo de armado de la vía y del estado del material. Para obtener estas informaciones puede ser de gran idea preguntar a los escaladores locales más expertos, los clubes alpinos, o los instructores de nuestro rocodromo que seguramente conocen las áreas cercanas de roca. En cualquier caso creemos que una regla de oro para las primeras salidas a roca es que vayas con un instructor que esté informado y te ayude en todos los aspectos de la escalada y la seguridad.

 

 

Con más razón el tener un instructor o una guía alpina será fundamental para evitar cualquier tipo de riesgo subjetivo, que pueden llegar a ser muy peligrosos y al mismo tiempo se pueden evitar con un poco de formación y experiencia. En este grupo de riesgos nos encontramos con los errores a la hora de realizar los nudos o maniobras, el poco conocimiento sobre el uso de los materiales; además hay que tomar en cuenta de que las primeras veces que escalamos afuera podríamos experimentar ciertos aspectos psicológicos que raramente sentimos en el rocódromo como el miedo al vacío, ansiedad y la falta de familiaridad con el material y con la roca en sí misma.

 

 

Más allá de los factores de riesgo, la escalada en roca cambia mucho en comparación a la que practicamos en el rocódromo, en parte por su difícil interpretación. Los rocodromos nos acostumbran a tener vías monocromáticas, bien señaladas y fáciles de leer, donde la única capacidad que necesitamos es la de lograr subir. Cuando nos encontramos en la roca, nos puede pasar lo contrario, es decir sentirnos un poco perdidos, sin una idea clara de a donde ir y sobretodo sin entender con claridad cuáles son los mejores puntos para poner los pies. Es allí que es necesario tener algunas de las habilidades de lectura de la roca y la inteligencia motriz en vertical, que hacen de este “juego” más difícil y al mismo tiempo con una satisfacción sin medida.

 

 

Photo credits Clauda Ziegler Edelrid