Cinco señales de que estás por caer mientras escalas

Cuantas veces lo hemos dicho, o hemos escuchado decir que la comunicación en la escalada es importante, o mejor dicho fundamental?

 

 

Obvio, una comunicación eficiente hace que todo sea más sencillo, aumenta la seguridad y la atención mutua entre el escalador y el asegurador: pero existen momentos específicos en los que mientras escalamos ya no tenemos más fuerzas ni siquiera como para avisar que estamos por caer.

 

 

En este caso existen algunas señales que nunca fallan para que, quien este asegurando desde el piso pueda descifrar y traducir éstas en un “pon atención”, “estoy en las últimas” y similares, en este modo nos encontraremos preparados en el caso de una inminente caída. Te mostraremos una pequeña lista, que probablemente no será exhaustiva pero si reagrupa algunas de las señales más comunes.

 

 

Los codos altos (chicken wings)

 

Esta es probablemente una de las señales de cansancio menos conocidas entre los escaladores, pero no cabe duda de que si ves que tu compañero inicia a escalar manteniendo los codos altos, con los brazos flexionados hasta la altura de las orejas, quiere decir que está por caer. Es un gesto instintivo que nos lleva a encontrar un cierto ángulo menos “doloroso” entre los codos y los músculos flexores de los dedos, alineando así las muñecas con los codos (citación de: The Climbing Bible). Lo que esto nos muestra es muy claro: el acido láctico está acumulándose muy rápidamente.

 

 

La pierna que tiembla

 

Nos habrá pasado a casi todos en algún momento, que mientras escalamos una vía nuestra pantorrilla empieza a temblar incontrolablemente: esto además de ser una posible indicación de miedo, también puede ser un índice de cansancio a nivel muscular. Por lo general esto sucede en paredes verticales, cuando pasamos mucho tiempo sobre la punta de los pies sin estar acostumbrados a este tipo de esfuerzo muscular. Y una cosa es cierta: si tenemos todavía energía para seguir escalando, la pierna que tiembla seguramente es un factor de distracción muy alto.

 

 

Respiración acelerada

 

Cuando un escalador empieza a agitarse mientras está en la pared, la primera señal es la aceleración de la respiración, un indicio mucho más evidente a nosotros que estamos asegurando que a él, que se encuentra en medio de una crisis de ansiedad. Ya sea un factor puramente psicológico o un real cansancio físico, en una vía de resistencia a la fuerza es muy difícil que se pueda salir de ese loop: “mientras más se acelera mi respiración, menos logro estar concentrado”.  La única solución podría ser tener un buen descanso, o solo prepararse para “volar”.

 

 

La cabeza hacia atrás

 

El gesto de botar la cabeza hacia atrás es siempre un indicador de “esfuerzo extremo”. Naturalmente es todo involuntario: agarras una presa lo bastantemente lejos o un poco más pequeña, y para quedarte de ella tienes que apretar todo el cuerpo en un movimiento de tensión total. Quien observa cuenta hasta tres antes de entender si lograste agarrar la presa, o si en cambio volarás algunos metros para abajo. Que quede claro: puedes hacer toda una serie de “brazadas” a tu límite para llegar súper exhausto a la cadena y sacar la vía. Pero para el que te asegura hay una sola cosa que debe hacer: estar absolutamente alerta.

 

 

Descansar muy bloqueado en una presa

 

Alguna vez has escuchado hablar del concepto de “flow” en la escalada, esa sensación de ligereza y gracia que te hace ir de una presa a la otra sin sentir el peso de la gravedad? Bueno, lo opuesto es quedarse bloqueado en los cuatro puntos de apoyo en la pared, sin lograr moverse de esa posición. Y no en una posición de descanso obviamente, pero de bloqueo, que quiere decir una de esas posiciones que –después de casi cinco segundos- te mata los músculos, a partir de los flexores de los dedos hasta el trapecio detrás de la espalda. Por esto, si ves que tu compañero se bloqueó completamente en un movimiento, inicia a “recoger” cuerda para preparar su vuelo en el mejor modo posible.

 

 

Foto de portada: Sabrina Wendl de Unsplash