Si tu también sales súper motivado un sábado por la mañana, pero después de media hora ya te encuentras destruido por esos detalles transversales de la escalada como el dolor de cuello, los vuelos de tu amigo, la roca muy agresiva - y todos los que puedas imaginar- , este post es para ti. Muy frecuentemente por pereza, por querer ahorrar un poco o un rigor extremo hacia nosotros mismos nos privamos de simples accesorios -a este punto aceptados unánimemente- que podrían hacer que nuestro fin de semana en la roca sea mucho más alegre.
En sus inicios fueron vistas con mucha incredulidad por parte de cualquier escalador que no se sentiría cómodo al ver que su asegurador está mirando cómodamente directamente hacia el frente en vez de ver hacia la cornisa superior de la roca en la que se encuentra. Se abrió paso a un amplio consenso ya que hasta los más escépticos las probaron, quizás por pura coincidencia, y paulatinamente los comentarios positivos fueron pasando de boca en boca hasta alcanzar el gran éxito que tienen ahora.
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Nos encontramos en una cuestión que está en el límite entre la comodidad y la seguridad: la diferencia de peso entre los escaladores. Cuando el que está escalando tiene unos kilos de más respecto al asegurador, podría suceder que, en el caso de caída, el asegurador sea jalado con fuerza hacia la pared. Esto suele suceder en contemporáneo con otros factores como la distancia del vuelo, la posición de la primera cinta y muchas otras variables. Dicho esto, sucede más frecuentemente de lo que podemos imaginar y cualquiera que esté acostumbrado a asegurar a personas más pesadas puede confirmar este problema. Todo esto se resuelve con el freno de Edeldrid Ohm, que se coloca en la primera cinta. Simple y útil, debería formar parte del equipaje de accesorios de los escaladores en general, sobretodo escaladores muy livianos.
Si ya no quieres volver a subirte a los hombros de tu compañero o compañera para colocar la primera cinta, y si no eres un campeón de tiro de lazo para clipear desde el piso, el bastón telescópico -también conocido como clipstick- podría ser la mejor solución para empezar a escalar con la primera cinta ya chapada (hasta en el caso de que tan solo fuera un pegue de reconocimiento). Las nuevas versiones son súper compactas y llegan a extenderse más: no solo te permiten empezar con la seguridad de tener la primera cinta puesta, pero también de poder pasar la cuerda fácilmente por el mosquetón de una cinta ya colocada o retirar una cinta de la pared!
Siguiendo el mismo principio del bastón telescópico nacen las cintas express semirrígidas y largas, que te permitirán anclarte fácilmente y alcanzar un seguro fijo que se encuentre lejos y que usualmente se te dificultaría mucho! Este accesorio te será de mucha ayuda en el trabajo de tus proyectos ya que te permitirá intentar los movimientos más difíciles de la vía en seguridad, para después encadenarla con mucha más confianza. Por esto en general las cintas rígidas como el Panic son utilizadas para escalada artificial o para trabajar las vías, mientras que para escalar en libre se utilizan las cintas express estandarizadas. Si tú también aprendiste la definición de un “paso obligatorio” volando muchas veces con tu cuerda nueva, esta cinta llegará al rescate para salvaguardar tu material y ahorrarte mucho estrés.
Asimismo en este caso no queremos entrar en debates éticos y nos limitaremos a informarte que, si no quieres sufrir con empotres complicados entre rodilla y tufas de caliza, existen las rodilleras. Algunas vías muy duras han sido encadenadas con rodillera, o fueron encadenadas sin rodilleras y luego fueron reevaluadas en el grado después de una repetición con el utilizo de la rodillera. Para nosotros que estamos todavía a años luz de esas dificultades, esto podría solo significar una cosa: la rodillera nos facilita la vida.
Foto: Edelrid Archive