Cesare Ferrino tuvo su gran idea mientras trabajaba en un taller de pintura en Turín en 1870. Comenzó la producción de productos resistentes al agua. La compañía produjo carpas para exploradores durante los últimos años del siglo XIX. Durante todo el siglo XX, muchas expediciones mundialmente famosas fueron posibles gracias al uso del equipo técnico suministrado por Ferrino, entre los que se encuentran los ascensos de Messner del Gasherbrun y el Lhotse, o el cruce de la Antártida por Borge Ousland.